domingo, noviembre 27, 2005

Inverso Deja Vu

( Confesiones trágicas)


En la página 103 de este libro de actas ( y actos) llego a conclusiones efímeras que podés borrar soplando una brisita amanecida como hoy que – para variar – es domingo.

“- Esto ya lo toqué mañana...-” dijo Johny y se fue, o se volvió loco cuando supo llamarse Charlie Parker.
Y yo, que te quiero mañana, encuentro este resumen plagiado. Y robo, para ser más correcta: yo, que ya te quise mañana.
Como el viernes a la madrugada. Con la chica escribiendo en la plaza. Con los pájaros en el primer bostezo. Toda vestida de negro menos uno. Todos despertándose menos yo.
Te cuento recuerdos pero es distinto. No como cuando hay que hacer memoria para saber que una vez fuimos felices, no como esas mentiritas salvavidas, guardaparques, que nos decimos para creer que en el fondo somos la primera noche. Y todo el tiempo que siguió nos perdimos de tanto amarnos.

( A veces yo no sabía dónde esconderme. Nos daba miedo tocarnos de tanto amor).

Entonces, no. No te cuento esos recuerdos. Te cuento lo que hicimos ayer. Cuando me acompañaste a la casa y Julio empezó a bienvenirnos al doblar la esquina y esas cosas... Te cuento de esta convivencia impalpable pero audible.
- Y vimos un nenito con camión Duravit jugando en la plaza, era de esos con los colores primarios. Y más allá, el artesano que siempre usa una remera con la leyenda “ Free Grass” hablando de una boliviana. Y casi llegando a la escuela Normal vimos unos punks enamorados...-
Te cuento. Como si lo tuyo fuese una ceguera y no una ausencia ( sé que no usarías ningún bastón blanco conmigo), y andarías chocándote columnas, como ando yo. Errando al guiarte por mis calles que corren sus sendas peatonales para amoldarlas a tus zapatillas.

Quiero decir: yo, que ya te quise mañana. Escribo nuestra autobiografía previa, las hojas melancólicas del futuro que ya dejé pasar por la ventana.


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