jueves, enero 26, 2006

Prevenciones

He quitado la poesía. Me quedo con los comentarios testigos.

miércoles, enero 25, 2006

Vacas

Hace unos días escuché una interesante adaptación a los tiempos de una célebre frase popular. Decía: " El que se quema con leche ve una vaca y dispara". Hay dos acepciones para este aforismo de metáfora perfecta. La primera es la estrategia de la huída, el abandono después de concluído el clásico llanto que provocaba tradicionalmente el rumiante.
La segunda acepción supone la hipótesis del revólver o del fusil o de cualquier arma de fuego que pueda tenerse a mano."... ve una vaca y dispara."

Hace unos minutos, cuando volvía de encontrarme con mi cuadrúpedo a manchas, me crucé otra vez con ese gatito blanco y negro que parece empecinado en hacerme recordar, cromáticamente, mi destino pastoril.

Girondo dijo que no hay diferencia entre una vaca y una mujer con las caderas a un metro del piso. Bukowski llamaba vacas a sus mujeres, un poco por el exceso de kilos que solían cargar, otro poco por el alcohol que las dejaba chorreando saliva y quejandose.

Serán las vaquitas la musa repetida.
Vos las nombraste antes que yo - aunque yo ya había traído a Oliverio- y pasaste un tiempo considerable convertida en esos alambres con electricidad que hay en los campos. Avisandome cada vez que veías aparecer una mancha blanca y negra con cara de recuerdo amenazante...

- Ví una vaca...- decías.

"Las penas son de nosotros, las vaquitas son ajenas." Pero no hablamos de Reforma Agraria. ¿ O hablamos? Una gran expropiación de campos y vacas, y amansar las vacas para que den sólo leche tibia o fresca.

"Tengo una vaca lecheeera..." Me excedí en darle vueltas a la idea, puede ser, algunas veces hay que distraerse.
De todos modos, creo que la acción siempre es preferible al llanto. Yo te ví llorar, ahora también te imagino llorando...
El que se quema con lágrimas, ve unos ojos y grita.

lunes, enero 23, 2006

Contracrónicas

II.

- No sé por qué escribís... ¿Cómo creés en el amor sin creer en el amor? -
- Si vos no sabés por qué escribo... Ni yo sé por qué escribo -
- ¿Te enojaste? Yo también -

Tal vez sea cierto que nos volvimos tan poco nosotras, más yo que vos como dijiste. Pero también puede ser que nos hayamos vuelto más nosotras que siempre. Al menos yo, cumpliendo con el mandato de tus ojos, rompiendo con la escena que inventaste en el fondo de los míos.
Creo que fui más yo cuando dije aquello. Más fiel con mi instinto piromaníaco, en medio del río, a tus ojos quirúrgicos mis bombas molotov...

Ahora es diferente, me imagino que tuviste que respirar del fuego, y yo tuve que pedir un poco de anestesia para dejar actuar tus bisturíes.

Soy la que no te escribe, estratégicamente, para que mis pistas no sean de aterrizaje.

I.

El calor no marcaba las tres y media de la mañana, antes había querido aliviarlo con cerveza, repasando todas las palabras que iban a convertirse en ese antes de este después. Bebí cada sorbo intentando reconocer los mililitros de valor y las dosis de "porlasdudas", tomé las precauciones en botella de litro.
Si me hubiesen preguntado yo habría dicho que no iba a reconocerte así, de espaldas. Buscando quién sabe qué solución en el bolso que prometía mucho más tiempo del que tendríamos.
Mirabas hacia la izquierda y me pareció una idea tan correcta que casi vuelvo sobre mis pasos para entrar a escena por el lado de los que llegan. Pero estos dos metros de distancia me dejaron conocerte antes de que vos me conocieras, planear la primer frase dicha casi en los ojos, el preámbulo de la primera vez que la piel... el beso en la mejilla que apuré. Tu brazo en mi espalda... vos sí parecías saber.

Después, la plaza, la facultad desde donde te llamé para mostrarte cómo sonaban cinco mujeres y cinco tambores, la ciudad derritiendose...
El caleidoscopio a camello, el vino áspero que elegí para que la sed no se fuera, nosotras buscando oxígeno en la terraza incómoda.
Pero por fin vos, tu mano ganandole a mis ojos escapados y pensar " voy a besarla" y besarte. Entonces, la urgencia paciente de los seis pasos hasta la cama, hasta mis chistes fuera de lugar, hasta el río en la piedra y la piedra en el río, hasta escucharte por dentro y por fuera. Hasta dormirnos sin culpa, y sin apuro por despertar.

viernes, enero 20, 2006

Excusa para mujer y lluvia

Lo que hay en la canaleta es un zapato,un zapato blanco. No salgo a comprobarlo. LLueve y ya me mojé bastante esta mañana. Además, es una buena compañía, salir a fumar, verlo luchando contra el neumático de ese auto verde.
Podría pasar una mujer corriendo por la vereda, con el paraguas destartalado,la cartera colgando de la muñeca, rengueando detrás del zapato blanco que se aleja por los rápidos de la canaleta.
Incluso me veo a mi mísma comtemplando la imágen, no atinando a interceptar el calzado porque ese acto de rebelión no se merece una mano ajena y policíaca que lo devuelva a las hebillas y a las tiritas y quién sabe a qué otros padeceres.

No sé por qué se me ocurren estas cosas.
Gabriel dice que el zapato se escapó de alguna bolsa de basura... ¿Cómo imaginarse un zapato sin un pie? Un zapato blanco.Abandonado por una mujer que no se merece ni una pizca de la ternura de aquella otra que, hecha una sopa,perseguía en un llanto ( que en realidad era lluvia) a su zapato liberado y blanco con tiritas...

Mis textos no dejan de ser esa excusa para enamorarme hasta en las canaletas. O en canales un poco menos líquidos y más perfumados. Pero son siempre excusas. Mi lugar común,mi argumento más firme, mi convicción izada en el medio de la plaza.
Es mi antojo. Mi capricho a prueba de divanes.
Como los pretextos que encontré para no irme, más allá de los consejos de las masas populares que saben más a pan casero que a crema y nueces.
Ver mujeres empapadas, aunque me vuelva tan conciente y me auto ayude autobiografiandome.
Cuando digo poesía quiero decir ese acto de fe inquieta, sin santo a quien pedir ni preguntar. No digo instancia superior en la que exorcisemos los amores malparidos, o malcriados, o malheridos, o malos.

lunes, enero 09, 2006

Convivencia sin cuerpo

Puro: Libre y exento de toda mezcla.
Transparente: cuerpo através del cual pueden verse los objetos.


Orden.
Este gusto de garganta inflamada,
de más vale no comer,
de inundar la boca y que no pase ni el aire.
Pura, puros ojos
y reacción alérgica y roja.
O transparente...
los objetos que se dejan adivinar
ordenados
simples (libres y exentos).
Estoy cansada de tanto cuento y pluma
de esta inocencia cíclica
de ser tan virgen sin manto bendito
de tanta sábana y espíritu casto
de coger como los dioses
( sin arrogancia mi modestia)
libre de pecado porque total...
después.
Estoy hasta le borde de poesía
de las malas costumbres de los otros
de las cruces que se tiran desde el segundo piso
de los clavos que tienen las mujeres en las yemas de los dedos.
Me agotó saberme creíble
complaciente
pasando en la frente un éxito de taquilla
para una sonrisa de fila uno.
Me cansó el calor...
Todo es mejor si está oscuro en el infierno.


Río:Corriente de agua continua y más o menos caudalosa que va a desembocar en otra.

miércoles, enero 04, 2006

Triste

Estoy triste... como si me hubiesen asignado la tarea de dormir por una semana y yo, en cambio, insistiera en soñar y en despertarme.
Asustada de saber el significado de los rostros.
Sueño que duermo.
Que nunca es mi cama.
Y me despiertan las manos viejas y lejos.
Y estoy triste.

Insisto en la idea inútil de leer en el trabajo, como si el tiempo fuera a pasar más rápido, como si esta vez también existiese la excusa.
Y no.
Sólo dolores en la nuca y en otros lugares menos visibles.

Probablemente sea cierto: "... llorarlo todo pero llorarlo bien." que es como llorar de alegría.
De justicia. Saber que la tristeza corresponde muchísimo más que el miedo.
Adelantarse a los hechos.
Yo sé, ahora, que me espera un cajón prendido fuego. O que yo lo espero, sin procesión ni predicando.
No confío en el éxito desde que es esa cara tan de sonrisa con mil dientes.

No es grave, vos sabés que siempre parezco estar dando instrucciones.
Hoy debería decir dormir. Nomás dormir, sin invasores.