domingo, julio 23, 2006

Segura ya estuve antes...

Yo futuré:
( re-visiones pasadas)

Y esta vez, que sus ojos vinieron tan aptos para todo público, me quedó el consuelo de función privada que supieron tener en la hora en que dormíamos.
Supe que tanto no había cambiado, aunque ya no eligiera el centro mismo de la plaza para sentarse y guardara la flauta en una cañita con tapón de corcho al verme llegar...

No debería mentir: yo tuve ganas de decirle que no la había perdonado, que todavía no tenía el derecho de decir lo que decía, de contarme.
Me callé. Subí y bajé la cabeza, dije que sí, que claro o que por supuesto que no, que yo tampoco estaba de acuerdo con eso y que así es la vida o así se ha vuelto.

Uno, creo, se reencuentra más para que el cuerpo se haga cargo del asunto...
- ¿ Qué?- dije.
- Nada...-
- Creo hacer escuchado eso alguna vez-
Levanté la mano para frenar el colectivo y sonreí.

Se puede estar seguro, dos veces, de lo que uno ya sabe desde hace mucho tiempo:
- Saludos a Paz-.

Eternidades:

- Sí, te mandó saludos también-
- Ah...-
- Yo llegué a la conclusión de que te amo más-
- Me alegra. ¿ Más que antes de verla?-
- No, más que a ella, más de lo que la amé-
- ¿ Cómo?- sé que no me creíste, deberías. Después de todas las verdades desmedidas que te he dicho.
- Te amo, sin futuro y más.
-...-
- Claro, quiero decir que no me hace falta imaginarnos cumpliendo 83, juntando los yuyitos del jardín, o las nueces que seguirán cayendo de tu árbol.
Ella tuvo un sueño y ahí supo que sí, que toda la vida y después.
A mí no me importa, sabés. No tengo premociones, que nuestros planes más lejanos tambaleen en seis meses me parece tan puntual-
- Ah, si para vos es bueno...-
- ¿ No entendés?-
- Sí, pero...-
- Tanta ternura vos, tanto miedo de que salgamos corriendo cada una para otro lugar. Digo, que este amor, sin póliza de seguro, es el bordecito más eficaz para abrazarse. Que no estoy segura, ni estaré, ni quiero. Prefiero estos besos de malabares-
- ¿ Cuándo?-
- Siempre, sí, siempre-